Seguidores

sábado, 28 de septiembre de 2013

Rascòn europeo (Rallus acuaticus)


. El grito altisonante del Rascón Europeo descubre a menudo a esta ave escondidiza cuando se mueve entre las cañas y carrizos. La llamada que se oye con más frecuencia empieza con un gruñido y acaba con un berrido penetrante como el de un cerdo. Las otras notas son una variedad de gruñidos, gemidos, silbidos, rechinamientos y una aguda llamada «quic, quic, quic». Es fácil escuchar sus gritos al atardecer o en noche cerrada. En los carrizales, charcas y aguazales en que cría, el rascón pasa como una flecha de una mata a otra, entre la espesa vegetación, con su largo y rojo pico apuntando al suelo. Es suficientemente pequeño y delgado para moverse sin delatarse por la vegetación, andando a largos pasos. Mientras anda a veces yergue su cola, mostrando las plumas blancas de debajo. Su vuelo dura unos pocos segundos, aleteando blandamente. El cortejo nupcial incluye la alimentación de la hembra por el macho, habiéndose visto a aquélla levantarse del nido con huevos para dar vueltas alrededor de éste, frotando su pico con el del macho y ronroneando blandamente. Identificación: Largo pico rojo; cara, garganta y pecho gris pizarra oscura; flancos barrados, partes superiores pardo oscuro con rayas negras; blanco bajo la cola; voz característica; hembra más apagada que el macho. Nidificación: Ambos sexos construyen nido de juncos cerca de lago, río o en terreno pantanoso; nido construido sobre el nivel del agua tapado por arriba; pone, de abril a julio, de 6 a 11 huevos ocráceos con manchas grises o castañas; incubación, por ambos sexos, unos 20 días; los pollos, cebados por ambos padres, dejan el nido tras nacer, volando a las 7 semanas; dos crías. Alimentación: Insectos, arañas, camarones, cangrejos, lombrices; raíces, semillas y bayas. Hábitat: Marismas y zonas palustres.

Ruiseñor pechiazul (Luscinia svecia)





. Si el Petirrojo es conocido por todos, el Ruiseñor Pechiazul permanece totalmente ignorado, incluso en las zonas donde se reproduce y donde los machos cantan en primavera, posados a descubierto o en vuelo nupcial. Busca su alimento en tierra, corriendo igual que un ratón bajo la densa cobertura vegetal, picoteando algún animalillo. Cuando se tiene la suerte de sorprender a este pájaro en terreno descubierto, es un regalo para la vista: la pechera del macho está adornada de colores centelleantes sumamente bellos. La hembra, sin embargo, no posee esta bonita apariencia y lleva una vida más discreta. En España vive generalmente en las montañas o en lugares relativamente cercanos al agua durante la época de nidificación. Suele anidar en matorral denso de piornos, en el Sistema Central y las montañas del norte, a una altura aproximadamente de 2.000 metros sobre el nivel del mar. De las dos subespecies que se distinguen en el Ruiseñor Pechiazul, en España cría la que tiene medalla blanca; sin embargo, muchos machos reproductores carecen de ella, apareciendo la mancha totalmente azul. No obstante, durante la migración otoñal y primaveral, pueden verse las dos subespecies. Identificación: Partes superiores y rectrices medianas pardo oscuras; lista superciliar crema; cola rojiza terminada por una banda pardo oscuro; macho con pechera azul vivo, bordeada de negro y rojizo, y en su centro mancha blanca o rojiza, que puede faltar; hembra con garganta blanca y collar negro. Nidificación: Nido, construido por la hembra, en tierra, muy oculto, o en cavidad, de hierbas secas, raicillas, musgo, hojas secas; puesta, de abril a junio, de 5 a 6 huevos gris verdoso con manchas pardo rojizas; incubación, por la hembra, unos 15 días; los pollos abandonan el nido antes de volar; dos crías. Alimentación: Insectos, pequeños moluscos, gusanos; a veces bayas. Hábitat: Montañas y riscos.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus)

Desde los soleados pinares mediterráneos hasta los sombreados del norte, el Herrerillo Capuchino es el ave de las coníferas. También puede encontrarse, aunque no con mucha frecuencia, en bosques mixtos y espesuras, pero apenas durante el verano. Así puede vérsele algunas veces en los parques o jardines urbanos. A fines del invierno, el macho corteja en vuelo, o endereza su cresta, haciendo vibrar las alas, mientras que la hembra explora las cavidades de los árboles o los agujeros de las vallas. Con frecuencia acondiciona un agujero en la madera podrida, o bien escoge un hueco entre las ramas de un nido de rapaz, incluso habitado. No muestra temor a criar en terreno abierto. En septiembre se unen a otros pajarillos silvestres, paros, reyezuelos y trepadores, que se asocian en la mala estación para buscar comida. El Herrerillo Capuchino, común como nidificante en toda la Península, suele aprovechar con frecuencia los nidos abandonados de picos y, preferentemente, las cajas anideras. Gracias a las repoblaciones forestales, en su mayoría de coníferas, va recuperando su área de cría, aunque muy lentamente. Identificación: Cresta de plumas negras bordeadas de blanco; semicírculo negro alrededor del ojo; dorso pardo grisáceo; sexos iguales. Nidificación: Utiliza un agujero natural o uno excavado por la hembra normalmente en un tocón podrido de pino; el macho puede cooperar para obtener pelos, plumas y lana para construir el nido; pone, de abril a mayo, normalmente de 5 a 6 huevos blancos con pintas pardo-rojizas; incubación, sólo por la hembra, de unos 14 días; los pollos, cebados por ambos padres, vuelan al cabo de unos 18 días. Alimentación: Pulgones, orugas y otros insectos; algunas veces semillas de coníferas y bayas de enebro. Hábitat: Bosques..

Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus)


. En junio, los múltiples ruidos que se escuchan en la charca revelan la intensa vida que late en ella. El discurso del Carricero Tordal, compuesto de frases cortas, de notas roncas y raspantes, alternado con notas agudas, domina esta cacofonía. Es un «carrac-carrac-carrac-kirri-kirri-kirri-crec-crec» que no parece producido por un ave, sino por un batracio. En los grandes carrizales, este pájaro puede criar en buen número formando casi colonias, aunque cada macho defiende ruidosamente un territorio de unos cuantos metros, encaramado en lo alto de un tallo. Se observa entonces un pájaro bastante grueso, pardo uniforme, que recuerda un zorzal o un tordo. La copa del nido está colgada de los carrizos. Se fija utilizando materiales que, empapados previamente para ablandarlos, se adhieren y endurecen al secarse. Cuando sopla un viento muy fuerte los huevos no se caen del nido, pues los sujeta un reborde interior. Ave estival, el Carricero Tordal llega a España durante todo el mes de abril e inmediatamente se delata por su llamativo canto; en septiembre los carrizales enmudecen con la partida de las aves hacia África. Identificación: Pardo-rojizo uniforme por encima; ceja clara; blanco-rojizo por debajo; pico pardo oscuro; patas gris azulado; sexos iguales. El píleo se le encrespa algo cuando está en alerta. Nidificación: Nido, construido por la hembra, colgado de 3 ó 4 tallos de carrizo, de hierbas, hojas de carrizo y tallos recogidos en el agua; copa forrada de panículos de carrizo y de fibras vegetales; puesta, de mayo a junio, de 4 a 6 huevos azulados con manchas pardas o grises; incubación, principalmente por la hembra, de 13 a 15 días; los pollos, alimentados por ambos padres, abandonan el nido tras 12 días y vuelan a los 16. Alimentación: Insectos; excepcionalmente batracios y pececillos. Hábitat: Marismas y zonas palustres.

Chorlito carambolo (charadrius morinellus)



. Dicen en Inglaterra, que la facilidad que da el Chorlito Carambolo para su acercamiento y su reputación como un gran manjar en la mesa, puso hace años en peligro su existencia en las tierras del norte. Era esperado en los pasos migratorios hacia el norte de Europa y Rusia para cazarlo y comerlo. En la Península Ibérica hasta no hace muchos años era un desconocido, solo era conocido localmente en algunos lugares donde hoy sigue descansando en su viaje migratorio hacia cerca del círculo polar. En la década de los noventa, fueron encontrados un par de nidos en los prados alpinos de los Pirineos Orientales y estimadas de unas 2 a 15 parejas en época de reproducción. Este chorlito tiene el dimorfismo sexual al revés que la mayoría de las aves, que el más vistoso es el macho. En este caso el que tiene las "galas" es la hembra, y ella es la que tiene que conquistar al macho. A diferencia de los demás chorlitos no tiene afinidad por los terrenos acuáticos y prefiere los prados altos de no menos de 800 m. con vegetación baja. Identificación: Ceja ancha y clara que se une en la parte posterior de la cabeza, estrecha franja pectoral que divide el pecho en una parte superior grisáceo de la inferior más netamente marrón anaranjado, la garganta es blancuzca. El macho más discreto en sus colores; los jóvenes se parecen a los adultos en invierno. Nidificación: El nido lo hace en el suelo y poco elaborado con líquenes y musgos; pone de 3 a 5 huevos la incubación efectuada la mayor parte del tiempo por el macho, dura unos 28 días; los pollos cuidados por el macho tardan en volar unos 29 días . Alimentación: Insectos, arañas, gusanos y algún caracolillo. Hábitat: Montañas y riscos.

Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)

Aunque en el resto de Europa esta especie está en disminución, la población existente en España parece mantenerse en mejores condiciones, pero siempre localizada en montañas y en acantilados marinos, como en la serranía de Antequera, Picos de Europa, costa cantábrica y otros muchos puntos de nuestra geografía. La unión en parejas es muy precoz y parece durar toda la vida, incluso durante el invierno; en la época de cría no son tan coloniales como otros de sus congéneres. Los lazos familiares subsisten por lo menos hasta el otoño, aunque en algunos casos las hembras se agrupan en pequeños bandos erráticos. Fuera de la época de cría las chovas piquirrojas son aves sociables que se reúnen en bandos, que a veces superan el centenar, para dormir en cornisas, hendiduras y cuevas en cortados y acantilados, tanto marinos como interiores. Las chovas son voladoras espectaculares, planeando en los tiros de aire al borde de los acantilados y arrojándose en picado de cornisa en cornisa. También son acrobáticas, cayendo a menudo con las alas casi cerradas o revolviéndose sobre su dorso en el aire. Sus voces incluyen el «tchiov» que da nombre a estas aves. Identificación: Plumaje negro con reflejos verdes y azules; pico rojo y curvado; patas rojas; sexos iguales. Nidificación: Ambos sexos construyen nido de palitos revestido con lana pelos, en cornisa o agujero de un cortado, a menudo en lugares inaccesibles; pone, de abril a mayo, de 3 a 6 huevos blancos con tinte verde o crema y manchas pardo grisáceas; incubación, sólo por la hembra, de 18 a 21 días; los pollos, alimentados por ambos padres, dejan el nido tras unos 40 días. Alimentación: Principalmente insectos y larvas; gusanos, arañas y a veces lagartijas. Hábitat: Montañas y riscos.