PICOGORDO COMUN |
El poderoso pico de esta ave, accionado por músculos altamente desarrollados, le permite producir una fuerza trituradora de 25 a más de 40 kilos para abrir los huesos de cerezas, que son uno de sus alimentos favoritos en otoño e invierno. El Picogordo, el mayor de los fringílidos españoles, cría en bosques caducifolios y en huertos de frutales, grandes jardines y lugares arbustivos salpicados de árboles. Son aves ariscas que prefieren posarse en las ramas más elevadas de árboles altos. En visitas de forrajeo al suelo, saltan más bien pesadamente. En invierno a menudo se desplazan a terrenos más abiertos, formando pequeños bandos para comer. Su canto es débil, renqueante y rara vez se oye; pero en vuelo tiene un sonoro y distintivo «tsicc» metálico. La parada nupcial del macho, que en esta época se muestra particularmente agresivo y nervioso, incluye esponjamientos de las plumas de la cabeza y pecho, reverencias y caídas de alas, mientras la hembra se encara con él demostrando su instinto agresivo y dominador. Algunas veces la pareja toca sus picos en lo que parece ser un beso. Identificación: Partes superiores pardo rojizas, inferiores color melocotón; babero negro y alas con hombros blancos; blanco en alas y cola visible en vuelo; pico muy grande, azul grisáceo en verano y amarillo en invierno; hembra más apagada. Nidificación: La hembra construye un nido en forma de copa, de raicillas y hierba con basamento de ramitas y musgo, normalmente en rama alta; a veces revestido con pelos o fibras; pone, de abril a mayo, de 4 a 6 huevos verde azulado claro o verde grisáceo con marcas pardo oscuro; incubación, sólo por la hembra, de unos 12 días; los pollos, cebados por ambos padres, dejan el nido tras unos 15 días. Alimentación: Pepitas de frutos y semillas grandes; a veces majuelos y hayucos; ocasionalmente insectos. Hábitat: Bosques.
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