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martes, 7 de mayo de 2013

Grajilla occidental (Corvus monedula)




La mayor parte de los córvidos son rateros, pero ninguno lo es tanto como la Grajilla. No solamente roba huevos y pollos en cuanto encuentra ocasión, sino que a veces se lleva objetos inútiles e incomibles, escondiéndolos lejos. Se posa sobre el ganado y le arranca mechones de pelo para revestir su nido; ocasionalmente también se apropia de un hogar, haciéndose un hueco en la base de palos que forma un nido de otra ave mayor. La Grajilla come regularmente en los campos en unión de congéneres y de estorninos, aunque pueden verse también apartadas, especialmente en acantilados, catedrales, grandes edificios abandonados y parques. Aunque se desconoce la causa concreta, su número ha aumentado alarmantemente durante los últimos años, sobre todo en las zonas urbanas. Este hecho ha producido paralelamente una disminución del Cernícalo Primilla, sin duda alguna debido a la competencia que existe entre ambas especies. El cortejo nupcial es complicado: el macho se inclina con las alas colgando y la cola extendida, y a veces exhibe su nuca grisácea, erizando las plumas del cogote, mientras aprieta el pico contra el pecho. Identificación: Negra, con cogote gris, ojos claros; vuela con firmes aletazos; sexos iguales. Nidificación: Ambos sexos hacen un descuidado montón de ramitas, forrado con lana o pelo, casi siempre en agujeros o hendiduras, en árbol, acantilado o edificio y con frecuencia en chimenea; pone, de abril a mayo, de 3 a 6 huevos azules claro con manchas negras; incubación, sólo por la hembra, unos 18 días; los pollos, alimentados por ambos padres, vuelan sobre los 30 días. Alimentación: Insectos y sus larvas; grano, semillas, frutos silvestres y cultivados; a veces pequeños animales, huevos y pollos de otras aves, y carroña. Hábitat: Ciudades y pueblos.

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