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sábado, 15 de febrero de 2014
Carbonero común (Parus major)
Los carboneros comunes siempre son activos, tanto si se trata de buscar comida en invierno, como de descubrir, a partir de febrero, una cavidad para construir el nido. En la mala estación vagan en pequeños grupos ruidosos, a los que se unen otros pájaros, como trepadores, agateadores, reyezuelos e incluso, a veces, el Pico Picapinos. Se distinguen por su vivo plumaje, en el que se mezclan amarillo brillante, blanco puro, negro lustroso y verde oliva. En los huertos, los jardines y los bosques de frondosas el Carbonero Común suele ser el que más abunda y en otoño migra ante la escasez de alimento; bandos de carboneros se desplazan entonces hacia el sur. A finales de invierno el macho visita los agujeros de los árboles y los muros, así como las cajas anideras, y trata de atraer a la hembra, a la que alimenta con presas escogidas. La construcción del nido y la defensa del territorio absorben pronto las energías de los carboneros comunes, que, a menudo, crían dos polladas antes del verano, época en la que mudan sus plumas. Identificación: Cabeza y cuello negro brillante; mejillas blancas; con una banda negra que desciende por el pecho amarillo; dorso verde; sexos iguales. Nidificación: A menudo cría en agujeros de árboles o de muros, pero frecuentemente utiliza cajas anideras; ambos sexos aportan el material para el nido, especialmente musgos, con pelo o plumón como revestimiento; la puesta tiene lugar en abril-mayo; de 8 a 12 huevos blancos manchados de pardo rojizo; incubación, sólo por la hembra, de 13 a 14 días; los pollos son cebados por los dos progenitores y vuelan después de unos 20 días. Alimentación: Principalmente insectos, incluyendo orugas, pulgones, cóccidos; algunas yemas, frutos y semillas. Hábitat: Parques y jardines
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