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sábado, 1 de junio de 2013

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)


Elegante y confiada, la Cigüeña Blanca es un ave popular en casi todas las regiones españolas su costumbre de anidar en iglesias y otros altos edificios ha determinado que su presencia resulte familiar a todo el mundo. El regreso de las primeras cigüeñas al final del invierno suele ser un acontecimiento en la plácida vida de pueblos y aldeas, que tradicionalmente han incluido esta ave en multitud de dichos y refranes populares. Terminada la cría de los pollos, y una vez que han volado, los adultos siguen durmiendo en el nido por un tiempo; después, a finales de verano, jóvenes y adultos se reúnen en bandos numerosos apartados de los lugares de nidificación; vagan algunos días por la comarca, durmiendo en árboles o en el suelo, hasta que llega el momento de emprender el viaje a África, que las distintas agrupaciones realizan gradualmente. Poco amigas de una larga travesía sobre el mar, pues utilizan corrientes térmicas para elevarse, aprovechan el Estrecho de Gibraltar para cruzar a África. Se ha comprobado mediante el anillamiento que las cigüeñas españolas invernan en África occidental, al sur del Sahara. Identificación: Plumaje blanco; alas negras y blancas, pico y patas rojos; en vuelo silueta característica con cuello y patas estiradas; sexos iguales. Nidificación: Nido voluminoso, construido o arreglado por el macho hasta que llega la hembra poco después; consiste en un montón de ramas en forma de copa poco profunda, guarnecido con detritus; puesta, en marzo-abril, de 4 a 5 huevos blancos; incubación, 34 días, por ambos padres; los pollos, alimentados por la pareja, vuelan tras unos 60 días. Alimentación: Batracios, roedores pequeños, gusanos, insectos, reptiles, peces y moluscos. Hábitat: Ciudades y pueblos.

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